taller tropical de tejido y bordado. Entrada libre.

viernes, 27 de enero de 2012

Estoy harto de los poetas que hablan de pechos, vaginas y penes para sentir que son audaces. Como si no existiesen más protuberancias en el cuerpo u orificios en el alma.
Ha de ser muy difícil pensar el erotismo sin colocar ese vulgar embudo de plástico rojo,
ése que sólo deja pasar las partes primitivas: la puerta al mundo y su primer bocado.
Odio que se olviden de la sal en la mano prohibida.
La ardorosa sensación del piso frío sobre la espalda.
El dedo en el pastel.
La salchicha en el pan.
El café que se queda en la lengua y le da vueltas en la noche.
La corteza del árbol sobre la mano caliente.
Las piernas ciegas de jabón en las duchas.
Las tardes donde el cruce de brazos nos es suficiente.

Las otras dunas del porno, pues .

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