taller tropical de tejido y bordado. Entrada libre.

lunes, 31 de enero de 2011

"Enfermario" de Gabriela Torres Olivares.





"Enfermario" es uno de los libros de cuentos que más he disfrutado. Por los estremecimientos que tuve al leer su prosa, este libro pequeñito merece un lugar especial en mi librero, cerquita de "Cuentos de amor, de locura y de muerte" de Horacio Quiroga.




Sus personajes no podrían pertenecer a un circo, aunque los padecimientos que encarnan bien saciarían hasta al más morboso.Y no podrían hacerlo por la forma en que la cotidianidad es plasmada en cada relato: Estos seres extraños fácilmente pueden ser nuestros vecinos, o andar junto a nosotros por las calles.


Sin duda, el cuerpo es el personaje principal, dentro de esta extraña galería, a la vez tan propia. Los personajes que habitan este libro sufren de un cuerpo en carne viva, que los confronta con su humanidad. Entre esmegmas, diabetes, espejismos, muñones, canibalismo, reality shows y un cáncer, la carne da cuenta de la existencia, en ocasiones patética, y, por lo tanto, ominosamente compartida.

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"Tía Emilia jamás fue la misma después del vacío. La muerte de su pie, así la llamaba, fue parteaguas para el inicio del fin..." Fragmento de 'Azúcaramargo'.

"Mi tía Lola, quizá hastiada de los predecibles juegos con frijoles, los introdujo en todos los huecos de su cuerpo. Quizá expectante de algún resultado menos aburrido; quizá intrépida, quizá temerosa, quizá hedonista, quizá." Fragmento de 'Maceta de carne'.

"Además de dientes, cabello y uñas, tenía un hueco al centro. Un espacio donde se guardan las moléculas del recuerdo. Estamos, entonces, hablando de un cáncer con memoria" Fragmento de 'Oncofilia'.

-personals-

  • Se solicita alguien para tener en quien pensar.

  • Se busca recetario para saltar los muros de aquél cuya imposibilidad de deseo por mi cuerpo le evita gozar de los más bellos placeres del mundo.

  • Busco alguien que piense todo el tiempo en mi, pero que no se note.